MADRID.- El subgobernador del Banco de España, Javier
Aríztegui, ha destacado la necesidad de que el sistema bancario ultime
su reforma "en el menor tiempo posible" y que la economía culmine los
ajustes macroeconómicos pendientes para que se reactive la demanda
solvente de crédito.
El 'número dos' del instituto emisor español ha subrayado que
la mejor herramienta para que el crédito fluya en España es un sistema
financiero integrado de bancos sólidos, si bien ha reconocido que la
puesta a punto de este mecanismo requiere tiempo y perseverancia.
Durante la VI Conferencia internacional de ABC sobre Europa y
América patrocinada por el diario y el BBVA, Aríztegui destacó que hasta
ahora las reformas en el sector financiero han conducido a procesos de
consolidación tanto de cajas como de bancos y han supuesto un aumento de
los saneamientos y la solvencia.
Según sus previsiones, a lo largo de los últimos años y al
término de 2012 el sistema bancario español habrá concluido un
saneamiento de los balances de aproximadamente 148.000 millones de
euros, lo que supone más de 14 puntos del Producto Interior Bruto (PIB),
acumulando provisiones para insolvencias.
Las últimas medidas del decreto aprobado por el Gobierno en
febrero comportan un aumento significativo de las coberturas de en torno
a 54.000 millones de euros, que se materializarán tanto a través de más
provisiones para insolvencias (38.000 millones) como de requerimientos
adicionales de recursos propios en forma de colchón de capital (16.000
millones) para hacer frente a incertidumbres "dificilmente superables de
valoración del suelo", especificó.
El subgobernador del Banco de España incidió en que la
estrategia llevada a cabo por las autoridades hasta el momento se ha
orientado con el objetivo de minimizar el coste de la reestructuración
bancaria para el contribuyente. "No ha habido una utilización
indiscriminada de fondos públicos", defendió.
Aríztegui recalcó que se han evitado planes de
recapitalización generalizados y se ha tratado a cada entidad de forma
individualizada considerando sus necesidades específicas, y se ha
primado la solución privada evitando conceder dinero público a fondo
perdido.
El objetivo de minimizar el impacto para el contribuyente es
consistente con la necesidad de reducir el déficit público y compatible
con la percepción de que el propio sector bancario tenía que contribuir a
su saneamiento tras una época de bonanza, enfatizó el subgobernador.
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