sábado, 10 de diciembre de 2011

La crisis afecta a los monumentos y al turismo griego

ATENAS.- Al final de un día soleado de noviembre en la Acrópolis, Svein Davoy observa las majestuosas columnas del Partenón brillando bajo la luz del ocaso. "Es maravilloso. Éste es el lugar donde comenzó la civilización occidental. Ciertamente les diré a mis amigos que vengan a Grecia a ver esto", afirmó entusiasmado un hombre de 63 años, economista de Noruega.

Davoy tuvo mucha suerte. El sindicato que representa a los guardias de seguridad en los museos y sitios arqueológicos estuvo muy cerca de cerrar todos los monumentos de Grecia el mes pasado debido a su disputa sobre salarios con el Ministerio de Cultura y Turismo.
La crisis de deuda de Grecia ha afectado severamente al turismo, obligando a los visitantes a saltar barreras para ver monumentos cerrados o a cambiar sus rutas para evitar huelgas y disturbios, lo que pone en peligro nuevas iniciativas culturales e incluso generó preocupación sobre la seguridad en torno a los sitios arqueológicos más preciados del país.
El ministro de Cultura y Turismo, Pavlos Yeroulanos, ha dicho que el Gobierno está haciendo lo posible para proteger el patrimonio cultural de Grecia.
Pero el ministerio tuvo que despedir a 2.000 empleados desde el inicio de la crisis en 2009, en su mayoría a personas con contratos temporales, y esto tuvo consecuencias, especialmente en los museos más pequeños, forzando a algunos a acortar sus horas de apertura al público, dijo Yeroulanos.
"Hemos tenido un recorte del 35 por ciento en nuestro presupuesto desde 2009, lo que nos obliga a hacer más con mucho menos (...) y a establecer nuevas prioridades", sostuvo el ministro.
Afirmó que aún se espera que el turismo se expanda un 10 por ciento este año respecto a 2010, lo que suma "un 1,5 adicional a nuestro PIB". Las revueltas de las 'primavera árabe' han desviado a algunos turistas de Egipto y Túnez y están llegando más visitantes de mercados nuevos como Asia, Rusia e Israel.
Ante la imposibilidad de devaluar su moneda en duros momentos como miembro de la zona euro, Grecia sigue siendo un destino relativamente caro respecto a rivales como Turquía, incluso después de cuatro años de recesión.
Con el turismo representando un enorme 18 por ciento del PIB griego, el sector no puede permitirse la publicidad negativa de varios años de frecuentes - ocasionalmente violentas - protestas y huelgas masivas.
El Museo Nacional de Arqueología, una de las mayores atracciones de Atenas, tuvo que funcionar con sólo un 30 por ciento de su personal durante los meses ajetreados del verano, dijo Yannis Mavrikopoulos, jefe del sindicato de los guardias de seguridad.
"Nos convirtió en el hazmerreír internacionalmente. Los visitantes pagaron por ver todo el museo pero sólo estaba abierto un tercio de la instalación", comentó.
El problema se vio aliviado después de que el Gobierno llevara a 30 ex empleados del sistema de ferrocarriles a trabajar temporalmente como guardias de seguridad.
En su intento por conseguir nuevas inversiones extranjeras para evitar una bancarrota nacional, el Gobierno se arriesga a permitir construcciones desmesuradas de carreteras y hoteles que podrían perjudicar el patrimonio arqueológico y el medio ambiente de Grecia, dijo Koutsoumba.
Bajo la ley griega, los arqueólogos deben excavar cuidadosamente, registrar y preservar las piezas que son descubiertas regularmente durante construcciones de rutina en carreteras y edificios.
"Debido a las presiones económicas (para construir y desarrollar proyectos) hemos tenido que aprender a excavar mucho más rápido", sostuvo.
Las artes visuales y escénicas de Grecia - una parte importante de su estrategia de turismo antes de la crisis - ha sufrido mucho más que los sitios arqueológicos y museos, que representan el 80 por ciento del presupuesto del ministerio.
"Hubo esfuerzos antes de la crisis por mostrar que Atenas era más que famosos sitios arqueológicos y vistas sino que también es una ciudad vibrante y moderna", dijo Augustine Zenakos, co-fundador de la Bienal de Atenas, que promueve el arte y el diseño contemporáneos.
"La bienal fue parte importante de ese esfuerzo (...) pero ahora está prácticamente acabada", indicó, agregando que los artistas que formaron parte del evento de este año tuvieron que hacerse cargo de la mayoría de sus gastos.
Más huelgas podrían afectar seriamente a los museos y otros sitios culturales griegos, mientras el nuevo Gobierno liderado por Lucas Papademos se prepara para aplicar una nueva ola de medidas de austeridad que prevé el despido de más de 30.000 trabajadores del sector público.
"Nosotros entendemos que el turismo es una prioridad (...) pero tenemos que tomar acciones cuando ellos les dicen a nuestros miembros que trabajen más sin ser compensados adecuadamente", dijo Mavrikopoulos.
Aunque los sitios provinciales más pequeños han tomado buena parte de la carga en los recortes, incluso los grandes proyectos como el Museo de la Acrópolis, que apenas tiene dos años, están sintiendo la crisis.
"Planeamos administrar nuestro museo sólo con los ingresos generados por las ventas de entradas, nuestras tiendas y otras instalaciones y por ahora ese es el caso", dijo el profesor Dimitris Pandermalis, rector del museo.
"Pero no es fácil. En el futuro podríamos necesitar ayuda del Estado, al menos para pagar los salarios (...) Sin embargo en tiempos de crisis como ésta, la gente necesita cultura, museos, más que nunca, para tener una dimensión diferente de la vida ordinaria", concluyó.

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