Así, por un lado, el importe de la subasta rozó el máximo previsto, de 3.500 millones de euros, y superó con creces el esperado, de 2.500 millones de euros, pero al nivel más alto desde 2001 en el primer caso, y desde 1998 en las obligaciones a 30 años.
Concretamente, los inversores solicitaron obligaciones a 10 años por valor de 5.656 millones de euros, de los que se adjudicaron 3.000 millones, mientras que a 30 años el volumen solicitado fue de 1.173 millones de euros, con una adjudicación final de 479 millones.
Sin embargo, esta colocación fue posible gracias a un encarecimiento de la deuda en línea con las últimas operaciones. En el caso de las obligaciones a 10 años, el tipo marginal fue 0,84 puntos porcentuales superior al de la última subasta, en abril de este año, cuando se situó en el 4,074%.
Por su parte, el tipo en las Obligaciones a 30 años se situó en el 5,937%, 1,17 puntos porcentuales por encima de los niveles del pasado mes de marzo, cuando alcanzó el 4,768%.
Además, los tipos han alcanzado, en el caso de las obligaciones a 10 años, su nivel más alto desde 2001, mientras que en el de la emisión a 30 años, la serie histórica del Tesoro se pierde en 1998 sin que se encuentre antes un valor superior.
Por otro lado, los cupones para la emisión de las obligaciones a 10 y 30 años, fueron del 4% y del 4,70%, respectivamente. Las ratios de cobertura se situaron en el 1,88% y el 2,45%, respectivamente.
Por su parte, fuentes de ministerio de Economía y Hacienda recalcaron que el resultado de la subasta ha seguido "la misma tónica" de las últimas operaciones, con un encarecimiento paulatino de la deuda.
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