Después de la caída que dejó al euro a su mínimo nivel de cuatro años la semana pasada, los inversores reducían las posiciones arriesgadas en sus carteras.
"El mercado de divisas todavía se centra en los problemas fiscales de la zona euro, pero la cautela sobre su impacto en la economía global parece extenderse, acentuando la aversión al riesgo", expresó Jun Kato, jefe de gestión de inversión de Shinkin Asset Management.
La intervención de CajaSur por parte del Banco de España pesaba en el euro, afectado por las preocupaciones sobre el impacto de los recortes del gasto en Grecia, España y Portugal.
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