Entre otros aspectos, la labor de EMI tendrá como objeto ayudar a la antigua república soviética, todavía muy dependendiente de Moscú en materia energética, a interconectar sus sistemas con los de Europa Occidental.
EMI ya ha ayudado a las autoridades de Kiev a construir dos líneas de alta tensión y a la empresa nacional Ukrenergo a realizar una reorganización corporativa, pero desde febrero trabaja en dos grandes proyectos más ambiciosos, dedicados a diseñar una estrategia a largo plazo en el país en materia energética. Los dos están financiados por el programa EuropeAid de la UE.
Para el futuro, la empresa espera elevar el peso de su cartera de clientes privados --en la actualidad el 70% corresponde a públicos y el 30%, a privados--, volver a prestar atención a proyectos energéticos en Iberoamérica y consolidar su presencia en Turquía, India y China.
La empresa lleva ya once años funcionando y presta servicios de consultoría energética en sesenta países del mundo, entre ellos Rusia o China, donde han encontrado un nicho de negocio asesorando a inversores extranjeros en el país y a inversores chinos en el exterior, incluida España, donde encuentran atractivo en el sector solar.
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