miércoles, 16 de diciembre de 2009

Las menores inmigrantes quedan fuera del sistema español de protección

MADRID.- Las niñas y adolescentes que emigran solas son "invisibles" y quedan fuera del sistema de protección de menores, según un estudio coordinado por la antropóloga Violeta Quiroga, que ha subrayado la vulnerabilidad de estas menores, que a menudo son víctimas de explotación y los abusos.

Quiroga ha presentado el estudio "Los y las menores migrantes no acompañados/as en Cataluña", elaborado por la Fundación Pere Tarrés-Universidad Ramon Llull, que pretende sacar a la luz el caso de estas chicas y llamar la atención de las administraciones para que "pongan en marcha mecanismos para detectarlas y protegerlas".

El estudio revela que buena parte de las menores inmigrantes son chicas procedentes de Rumanía y Nigeria que son explotadas por redes de prostitución.

"Algunas saben ante de venir que tendrán que prostituirse, pero muchas creen que viene a trabajar en un bar o son engañadas por algún conocido, un presunto amigo o un medio novio que acaba siendo su chulo", ha dicho Quiroga.

En el caso de las subsaharianas, lo habitual es que "tengan que pagar una deuda de entre 40.000 y 50.000 euros y, teniendo en cuenta que sus servicios sexuales son de los más baratos del mercado, pueden tardar entre cuatro y cinco años en pagar", según Quiroga.

Otro grupo importante son adolescentes rumanas "utilizadas para robar y mendigar" por personas, "que dicen ser familiares suyos, pero que en muchas ocasiones no lo son", según ha aclarado otra de las investigadoras que han elaborado el estudio.

"En ocasiones son chicas de 15 años a las que casan en Rumanía con algún compatriota que está en España y la suegra es la encargada de sacar partido de la nuera utilizándola en hurtos o mendigando", ha añadido Quiroga.

"Otras veces, el responsable del grupo delictivo ni siquiera es familiar de la menor, ya que, cuando son detenidas, un mismo individuo viene a recogerlas y dice que es el tío de todas", ha asegurado Alonso.

El tercer perfil detectado por los investigadores son niñas y adolescentes marroquíes que viven en el domicilio de familiares lejanos o compatriotas, que en ocasiones las utilizan como trabajadoras domésticas gratuitas.

"Tanto las niñas que viven en casa de familiares lejanos que las explotan, como las que vienen acompañadas por prometidos o maridos que actúan como proxenetas o las obligan a robar o mendigar, todas ellas deben ser consideradas menores no acompañadas en situación de desprotección y la administración tiene que protegerlas", ha dicho Quiroga.

La antropóloga ha insistido en que la administración tiene que hacer un esfuerzo por detectar a estas chicas, porque "ellas desconocen sus derechos y no acuden a los centros de protección, es más, si son detectadas en una redada suelen mentir y dicen que son mayores de edad porque tienen miedo de las represalias de los adultos que tienen a su alrededor".

En este sentido, "las rumanas suelen tener partidas de nacimiento falsas y las subsaharianas pasaportes falsos", según Quiroga.

La antropóloga cree que las menores inmigrantes empezaron a llegar de forma significativa a Cataluña en el 2004, pero el sistema de protección no contabilizó a ninguna hasta el 2006.

En el 2006, el sistema de protección catalán acogió a 49 niñas o adolescentes, en 2007 a 23, en 2008 a 22 y en 2009 a 11, "una cifra muy inferior al total de las que cruzan la frontera", según Quiroga.

Estas chicas vienen por las mismas razones que sus compañeros varones, aunque "en el caso de las mujeres pesa más el factor de los conflictos familiares".

"Hay muchos casos de chicas marroquíes que en su casa sufren violencia de genero, conflictos intergeneracionales o falta de libertad, así como rumanas con padres o padrastros abusadores o con problemas de alcoholismo", según la directora del grupo de investigación.

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