ONG's creen que penalizar el "top manta" es criminalizar la pobreza en España

ZARAGOZA.- Cáritas Diocesana de Zaragoza, ASAPA (Asociación de Seguimiento y Apoyo a Presos de Aragón) y la Red de Apoyo a Sin Papeles promueven una campaña para el indulto de los "manteros" de Aragón y la despenalización del "top manta", por considerar que de esta forma se "criminaliza la pobreza".

Así lo ha explicado hoy en una rueda de prensa la portavoz de ASAPA, Seila Hernández, quien ha subrayado que la aplicación del código 270 del Código Penal no distingue entre los "grandes estafadores" y las personas que venden discos compactos y de DVD por una pequeña cantidad, por lo que estas personas pueden ser condenadas a penas de entre seis meses y dos años, además de al pago de una multa.

Ha resaltado que esta pena es superior a la de un delito por robo con intimidación en determinadas circunstancias.

Además, Hernández ha indicado que esta normativa lleva a prisión a personas que se ven obligadas a realizar este trabajo para poder "sobrevivir".

La campaña por la despenalización del "top manta", bajo el lema "Sobrevivir no es delito", exige la reforma del Código Penal, la destipificación de esta actividad, el indulto a todas las personas en prisión por este delito y la reorientación de los recursos hacia la investigación de las mafias que se lucran con esta actividad.

Casi 25 colectivos y 80 grupos y cantantes aragoneses apoyan esta campaña -entre ellos Enrique Bumbury, Amaral, José Antonio Labordeta, Violadores del Verso y Carmen París- y se han recogido 4.023 firmas de particulares en la comunidad autónoma en su apoyo.

Hernández ha explicado que son cuatro las personas encarceladas en Aragón por este motivo y que se han solicitado 14 indultos. Algunos de ellos ya han sido denegados.

Uno de estos casos es el de Ndary Drame, senegalés y mantero, quien ha relatado mientras le temblaba la voz que "no quiere volver a prisión porque es muy duro y mi familia está muy preocupada".

Ha insistido que vende CDs y DVDs para enviar dinero a sus padres, su mujer y su hija, que viven en Senegal, y para pagar la habitación en la que vive. "No vendo para hacerme rico, sino para sobrevivir", ha dicho, y ha asegurado que no le hace daño a nadie.

En Madrid, a través de la campaña "Comprar la libertad de los manteros", se ha pagado la multa de algunos de ellos, ya que si no lo hacían su pena en prisión aumentaba.