Este importe es el saldo vivo que las entidades residentes en España aún tienen pendiente de devolver al Banco Central Europeo (BCE) como consecuencia de la financiación que el instituto emisor les ha concedido previamente.
Los bancos españoles todavía necesitan recurrir al BCE para obtener financiación pese a la apertura de los mercados. Este importe registró un tímido descenso durante abril y mayo, tras dos meses consecutivos por encima de los 72.000 millones, pero en agosto volvió a repuntar, elevando en más de 1.500 millones de euros el importe de julio, que se situó en 73.283 millones.
En septiembre, el importe que las entidades deben devolver al BCE ha vuelto a marcar una cifra récord y supera en casi 5.000 millones de euros la cifra de agosto (74.820 millones).
La demanda de las entidades se incrementó de manera notable en la segunda mitad de 2008 por la crisis 'subprime'. De hecho, este importe se situó por debajo de los 50.000 millones hasta septiembre de 2008, cuando se recrudeció la crisis tras la caída del Lehman Brothers, y a partir de ahí inició una senda ascendente que aún no ha finalizado.
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