lunes, 25 de mayo de 2009

Es probable que la OPEP mantenga su nivel de producción de crudo

VIENA.- El reciente aumento gradual en los precios del crudo hasta su mayor nivel en seis meses pese a una exigua demanda mundial podría sabotear los esfuerzos de los miembros radicales de la OPEP, que proponen nuevos recortes de producción para alentar los precios, y apoyar a quienes prefieren mantener los niveles actuales o aumentarlos.

La reunión de la organización de 12 naciones, programada para el jueves en Viena, podría decidir muchas opciones en cuanto a niveles de producción, pero los precios altos y la demanda consistentemente baja debido a la recesión mundial probablemente hagan que los asistentes resten importancia a la presión de los ambiciosos Irán y Venezuela, que buscan reducir la producción.

Se cree que el sorprendente descenso del crudo de su cómodo precio de 147 dólares por barril en 2008 podría perjudicar la posibilidad de reelección del presidente de Irán Mahmud Ahmadinejad.

Por un lado, el líder iraní expresó antes de la reunión del jueves que los 80 ó 90 dólares por barril eran "un precio apropiado para el petróleo". El ministro de petróleo de su aliado Venezuela, Rafael Ramírez, dijo que su país estaría conforme si los precios del crudo llegan a los 70 dólares el barril, 10 dólares más de los precios actuales.

Pero las cifras hablan por sí solas y parecen aconsejar que se mantengan las cosas como están. El barril de crudo cuesta ahora más de 60 dólares por barril, en comparación de los 30 dólares de hace cuatro meses.

Ese aumento se ha registrado pese a una persistentemente escasa demanda en todo el mundo y los sombríos pronósticos futuros, que incluye una reducción de la demanda de 2 millones de barriles diarios en este año, según un cálculo que hizo la OPEP este mes.

El motor del incremento de los precios del crudo, que deberían regirse por el poder de la demanda, ha estado bajo la influencia de los mercados bursátiles internacionales.

Las acciones, sin embargo, por lo general aumentan meses antes del crecimiento real de la producción industrial, las reducciones del desempleo y otras señales de que la recesión ya ha pasado.

Los índices económicos de Estados Unidos y de otros países comienzan a mostrar en el mejor de los casos sólo reflejos de esperanza en vez de mejorías tangibles.

Por lo tanto, cualquier intento de la Organización de Países Exportadores de Petróleo para reducir la producción en un esfuerzo para impulsar los precios podría ser contraproducente, tanto en términos de una prolongación de la recesión con el subsiguiente decaimiento de la demanda y una mayor percepción de que la OPEP solo busca enriquecerse a expensas del resto del mundo.

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