martes, 24 de febrero de 2009

En Argentina, Gobierno y productores retoman el diálogo

BUENOS AIRES.- Los líderes de las entidades rurales y el gobierno se reencontraron el martes después de seis meses, dando inicio a una nueva etapa de diálogo justo cuando los productores agropecuarios amenazan con nuevas protestas ante la falta de respuestas oficiales a las demandas del sector, afectado por la crisis global y por la peor sequía en décadas.

"Podemos decir que empezó una etapa de diálogo con algunos resultados parciales", dijo a periodistas Eduardo Buzzi, titular de la Federación Agraria Argentina (FAA).

Buzzi junto a los presidentes de otras tres entidades se reunieron el martes durante tres horas con la ministra de Producción, Débora Giorgi, y el ministro de Interior, Florencio Randazzo. Fue el primer encuentro este año entre productores y funcionarios, que habían cortado todo diálogo público en septiembre pasado.

"Fue una reunión de trabajo que busca encontrar soluciones en medio de un contexto complicado. Tenemos que seguir trabajando y buscar puntos de encuentro", aseguró Randazzo en rueda de prensa.

El gobierno se comprometió a adoptar medidas en favor del sector lácteo y de las economías regionales, afectadas por una grave sequía. Sin embargo, se mantiene inflexible a disponer una baja en los gravámenes a las exportaciones de soja, trigo y girasol reclamada por los productores y que al año pasado desató una rebelión rural.

"De uno a diez, estamos en cuatro. Todavía estamos muy lejos de colmar las expectativas de los productores. En dos o tres horas no se pueden resolver cinco años de desaciertos para el sector", aseguró Buzzi.

La FAA y el resto de las entidades estuvieron a la cabeza de una protesta de cuatro meses en 2008 en contra de un nuevo esquema impositivo a las exportaciones de granos, que le provocó a la presidenta Cristina Fernández la primera crisis de su gestión.

El nuevo sistema, que ataba el impuesto a la cotización de los granos en el mercado internacional, no prosperó. Pero ello no bastó para calmar las demandas del sector agropecuario, que la semana pasada retomó las protestas en distintos puntos del país y amenaza con endurecer las medidas.

Los productores dicen que la crisis global que repercutió en una caída de los precios internacionales de materias primas, sumada a la peor sequía en décadas, afectaron la rentabilidad del sector y que muchos campesinos endeudados ya perdieron sus campos.

"El gobierno mantiene la posición de no mover las retenciones (a las exportaciones de soja, girasol y trigo)", enfatizó la ministra Giorgi tras la reunión.

Por el momento, el gobierno sólo accedió el martes a bajar las retenciones a las exportaciones de productos lácteos y de economías regionales (tabaco, algodón, maní, conservas, vinos).

"Por fin, podemos decir que empezamos una etapa de diálogo con algunos resultados parciales en trigo, en lechería, en eliminaciones de retenciones (impuestos a las exportaciones) y subsidios en carnes. Pero no estamos conformes en temas de soja y girasol", dijo Eduardo Buzzi.

Al término de una audiencia con altos funcionarios gubernamentales durante casi cuatro horas, Buzzi dijo que "por fin, también, no se ven halcones y palomas (en el Gobierno)".

El comentario de Buzzi apuntó a la ausencia en el encuentro de funcionarios afines al ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007), marido de la presidenta y líder del gobernante peronismo, quien ha acusado a las patronales agrarias de ser "una oligarquía golpista que se niega a pagar los impuestos".

Argentina figura entre los primeros exportadores mundiales de harinas y aceites de soja, trigo, maíz y granos de soja, según el departamento de Agricultura estadounidense.

El conflicto con el agro estalló en marzo del año pasado y puso en jaque a los Kirchner hasta bajarle la popularidad de la presidenta de 55% a 20% en el peor momento, registrado en julio último, cuando sufrió una dura derrota parlamentaria a su programa de alzas de tributos a las exportaciones.

La puja por la suculenta agraria hizo menguar el poder de los Kirchner y causó una sangría en las filas del oficialismo en el Parlamento en un año en que se renovarán la mitad de las bancas de Diputados y un tercio del Senado, ambos controlados por el 'kirchnerismo'.

Las partes se volverán a encontrar en una semana.

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