miércoles, 3 de septiembre de 2008

Los petrodólares alimentan la reconstrucción y la desconfianza en Angola

LUANDA.- Cada día millones de petrodólares afluyen a las arcas del Estado angoleño y esta corriente de ingresos desemboca principalmente en la reconstrucción del país, aunque una inmensa pobreza y la opacidad de las cuentas públicas alimentan las sospechas de corrupción.

Angola, primer productor de bruto del África subsahariana junto con Nigeria, "produce cerca de dos millones de barriles diarios, y dado el precio del petróleo (más de 110 dólares el barril), es evidente que el gobierno tiene ingresos enormes", subrayó Lopes Raul, economista en Luanda.

"Pero el gobierno no es transparente en lo que respecta a la utilización de este dinero, en cuanto a los ingresos exactos que genera el petróleo y a las cantidades exactas procedentes del petróleo que sostienen la economía", añadió.

El Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) dirigió durante 25 años un país en guerra civil (1975-2002), un contexto poco propicio a la transparencia. Entre 1997 y 2001 desaparecieron de las arcas públicas 1.700 millones de dólares, según la asociación británica Global Witness.

Desde la restauración de la paz en 2002, se han realizado progresos: hoy en día el ministerio de Finanzas detalla el presupuesto anual del Estado en internet, fijado para 2008 en 2.500 millones de dólares. Los ingresos fiscales estimados son de 1.890 millones, el 77,2% de los cuales proceden del petróleo.

En lo que respecta a gastos, el ministerio muestra fotografías de los grandes proyectos de reconstrucción del país devastado por la guerra civil: carreteras, puentes, embalses, hospitales...

"Hemos hecho mucho por Angola", repetía el viernes el presidente José Eduardo dos Santos, a una semana de las primeras elecciones legislativas en tiempos de paz. "Ahora en todas las ciudades hay agua y electricidad. Las carreteras que estaban minadas se han vuelto a abrir. Hay más escuelas, centros médicos y hospitales...".

Sin embargo, Lopes Raul señala que "aunque se ponga mucha atención en la reconstrucción nacional, todavía estamos lejos de responder a las expectativas de la sociedad". "Las zonas rurales están abandonadas a su suerte, los habitantes están lejos de los puntos de agua y electricidad, y la miseria es muy visible", añade.

A pesar de los petrodólares y de tener la tasa de crecimiento más elevada de África, que según el Banco Mundial es de más del 20% este año, dos tercios de los angoleños viven por debajo del umbral de pobreza.

Para Nicholas Shaxon, autor de un libro sobre los estados petroleros en África, los hidrocarburos son incluso "una fatalidad" para los más pobres, porque impulsan los aumentos de precios.

Luanda es una de las ciudades más caras del mundo. Un modesto apartamento se alquila por 1.500 dólares al mes, una botella de agua mineral cuesta dos dólares y una cama, comprada en un mercado, 250 dólares.

Según Shaxon, aunque haya mejorado la transparencia del Estado en cuanto a los ingresos, "hoy en día el problema son los gastos. En los proyectos de reconstrucción desaparece dinero y la gente acepta sobornos, lo que es mucho más difícil de detectar".

Según Transparencia International, Angola forma parte de los países percibidos como los más corruptos del mundo, en el puesto número 147 de 179 naciones.

Rafael Marques, un analista independiente encarcelado en tres ocasiones por sus textos, es una de las pocas voces en el país que acusa abiertamente al gobierno. Para él, sin ninguna duda, el dinero del petróleo "va a los bolsillos del presidente, de su familia, y de un número reducido de ministros, generales y miembros de la oficina política del MPLA".

Contactado en varias ocasiones, el ministerio de Finanzas no ha respondido.

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