sábado, 9 de agosto de 2008

Coface rebaja la calificación de Estados Unidos y sitúa la de Japón bajo vigilancia negativa como riesgo-país

MADRID.- Un año después de la puesta bajo vigilancia negativa de Estados Unidos, Coface ha rebajado su calificación a A2. La experiencia de pago de Coface sobre las empresas americanas se ha deteriorado en enero y febrero de 2008. El acceso más difícil al crédito está perjudicando a las empresas más vulnerables de los sectores que giran en torno al consumo doméstico.

Según la hipotésis de Coface, el crecimiento americano debería ser débil o incluso negativo en la primera mitad de 2008, pero debería recuperarse ligeramente en la segunda mitad, estimulado por la reactividad de la política económica y por el dinamismo de la demanda de los países emergentes que representa más del 50% de las exportaciones.

Los países limítrofes también se han visto afectados: las actuales calificaciones A1 y A3 de Canadá y Méjico, respectivamente, han sido puestas bajo vigilancia negativa.

Según Coface, el incremento del riesgo en Canadá en la industria manufacturera es debido principalmente a la apreciación del dólar canadiense y a la ralentización en Estados Unidos, su principal cliente (40% de las exportaciones).

Méjico es igualmente sensible a la coyuntura americana, a través de dos canales: las exportaciones, de las que Estados Unidos representa un 80% del total, y el consumo de los hogares, en parte sostenido por las transferencias de los trabajadores mejicanos emigrados (25 billones de dólares), empleados, por lo general, en el sector de la construcción, que actualmente está en crisis.

Contagio de la crisis: las empresas japonesas bajo presión

Coface ha puesto la calificación A1 de Japón bajo vigilancia negativa. Las exportaciones se ralentizan, dificultadas por el descenso de la demanda americana (25% de las exportaciones) y por un yen fuerte que reduce la competitividad-precio de las empresas. El consumo de los hogares, por su parte, continúa frenado por el descenso regular de los salarios reales y por los precios en alza de los productos alimentarios.

Por lo tanto, las quiebras aumentaron en 2007 (+18%), afectando a empresas de la construcción, distribución y servicios, y también a las Pymes manufactureras.

Estas empresas se encuentran entre la espada y la pared», precisa Yves Zlotowski, economista jefe de Coface, «dependen a menudo de un solo cliente, y como tal sufren presiones sobre sus márgenes a las que se añaden, hoy en día, el aumento de los precios de sus materias primas, la viva competencia de los subcontratistas chinos y la atonía de la demanda interna».

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