Aunque un cambio en la producción podría ayudar a resolver el problema, la crisis en los mercados crediticio y de arrendamiento continuará pesando sobre las ventas.
General Motors, Ford, Toyota y otros fabricantes dijeron que sus ventas en Estados Unidos cayeron más el 10%. Nissan Motor Co. fue la única de las grandes compañías que reportó una ganancia, con un repunte de 18% en la venta de camionetas gracias en parte a la nueva Rogue crossover, y a un impulso por incentivos. Las ventas en general de Nissan subieron 8,5%.
Los fabricantes de autos esperaban una disminución de ventas en julio debido a que el alto costo de la gasolina continúa reduciendo la demanda de camiones y vehículos todo terreno, y a que nuevos problemas en el sector de arrendamiento arruinaron más la confianza de los consumidores.
La tasa de ventas de julio ajustada por temporada _ la cual muestra cómo serían las ventas si continuaran al mismo ritmo por el resto del año _ fue de 12,5 millones de vehículos, según Autodata Corp. Esto significa una caída frente a 17 millones en 2005.
Los fabricantes esperan que la situación empeore antes de que comience a mejorar.
"Pronosticamos que la segunda mitad de 2008 será más desafiante que la primera al debilitarse las condiciones económicas y crediticias", señaló el viernes en un comunicado Jim Farley, jefe de mercadotecnia de Ford.
Mark LaNeve, vicepresidente de ventas de Norteamérica de GM, dijo que las normas de restricción a compradores con crédito pobre están costando a los fabricantes de automóviles ventas por cerca de 10.000 vehículos mensuales.
Los consumidores que buscan opciones de financiamiento vehicular fueron oprimidos aún más a finales del mes pasado cuando Chrysler LLC anunció que su división financiera se saldría del negocio de arrendamiento a finales de julio.
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