
.
Es una puerta abierta a las empresas españolas – hay ya 6.246 que
exportan a Japón – sobre todo en el sector agroalimentario,
farmacéutico, textil y energías renovables.
El acuerdo llega a buen puerto después de varios años de
negociaciones. Es, también, un ejemplo de cooperación en un momento de
tensiones para el libre comercio, sobre todo entre Estados Unidos y
China, pero también para la actual negociación de un nuevo acuerdo
comercial entre Washington y Bruselas. Para europeos y japoneses quedan
lejos aquellos tiempos en Japón era uno de los mercados de más difícil
acceso comercial por sus múltiples trabas de todo tipo.
Japón es el mercado de consumo más sofisticado del mundo, tanto en la
calidad y control de sus productos como en la presentación cara al
vendedor. Sin embargo, a pesar de su potencial de 127 millones de
consumidores, es una economía casi estancada que debe velar por el
control de los precios muchas veces desorbitados en relación a la Unión
Europea o Estados Unidos. De ahí que Japón ha ido abriendo el cerrojo
arancelario y, sobre todo, administrativo por necesidades internas y por
presión exterior.
No todos los japoneses pueden pagar los sofisticados artículos de
supermercados, por ejemplo, como de la cadena de grandes almacenes
Takashimaya –hay una docena de cadenas equivalentes al Corte Inglés
esparcidas por todo Japón– y de ahí la aparición de tiendas al estilo de
“todo a cien”. Y, además, para preocupación de Japón son de capital y
gestión china, el gran coloso vecino que hace sólo una década no estaba
presente en Japón.
Y ahora los chinos abren tiendas, o compran edificios
enteros como inversión. El temor al gigante chino ha contribuido, sin
duda, al acercamiento entre Bruselas y Tokio.
En el caso de las empresas e inversores españoles el mercado japonés
siempre fue complejo y difícil. Sin embargo, la propia crisis económica
española y la calidad de los productos y, en especial, la constancia en
un mercado tan difícil comienza a dar sus resultados.
Son, en
particular, las empresas pequeñas y medianas españolas las que han
logrado penetrar en Japón, además del gigante Inditex que, como en todas
las grandes urbes mundial, cuenta con tiendas en las mejores
ubicaciones de Tokio y otras grandes ciudades niponas.
Los vinos, productos cárnicos elaborados, concentrados para zumos,
ropa y productos pesqueros – sobre atún rojo mediterráneo que se vende a
precios millonarios en yenes – forman el grueso de la exportación. Y se
han abierto camino componentes del automóvil, lubricantes y placas
solares.
En este último caso Japón está siendo un mercado de éxito para
varias firmas españolas que se han unido a socios japoneses y triunfan
en el sector de la energía solar, en un país dependiente de la energía
atómica y el petróleo que quiere diversificar.
Muy importante igualmente el hecho que el nuevo acuerdo incluya
liberalización en empresas y servicios, incluido el e-comerce, de vital
importancia para los intereses de la Unión Europea y, por tanto, de las
empresas españolas.
El acuerdo es un ejemplo de cooperación económica en estos tiempos
turbulentos para el comercio mundial. Kampai, brindemos por el nuevo
acuerdo.
(*) Periodista español
No hay comentarios:
Publicar un comentario