PARÍS.- El primer ministro francés, Michel Barnier, ha presentado este sábado a su nuevo gobierno, aprobado por el presidente Emmanuel Macron, un equipo en el que predominan los ministros de Juntos por la República, la coalición que lidera el presidente Emmanuel Macron, aunque con significativa presencia del partido conservador Los Republicanos. Barnier tenía "plena libertad" para componer su equipo, aseguró Macron.
Hay 17 ministros, entre los que se cuentan siete miembros de Juntos por la República, tres de Los Republicanos, dos más de las derechas y dos del partido del centrista Movimiento Demócrata (MoDem).
Bruno Retailleau será ministro del Interior; Jean-Noël Barrot ocupará la cartera de Asuntos Exteriores, Antoine Armand será ministro de Economía y Finanzas y Agnès Pannier-Runacher ocupará Transición Ecológica, Energía y Clima.
Rachida Dati continuará al frente de Cultura y Sébastien Lecornu seguirá como ministro de los Ejércitos.
El primer Consejo de Ministros con la nueva formación está previsto para el lunes a las 15.00 horas, según ha informado el Palacio de El Elíseo.
Destaca la ausencia de pesos pesados de los últimos gobiernos de la etapa de Macron como Gérald Darmanin o Bruno Le Maire. "Deseo al gobierno liderado por Michel Barnier todos los éxitos", ha publicado Darmanin en X.
Entre las reacciones, destaca la de la líder de extrema derecha Marine Le Pen, que considera que es un gobierno "de transición" y ha defendido la necesidad de "un cambio" en la política francesa.
"Este gobierno de transición es consecuencia del lodazal generado por las alianzas antinaturales creadas en las últimas elecciones legislativas", ha indicado.
El candidato a primer ministro de Le Pen, Jordan Bardella, cree que este gobierno "no tiene futuro" y ha denunciado "la vuelta del macronismo por la puerta de atrás".
Desde la izquierda, la que fuera candidata del Nuevo Frente Popular a primera ministra, Lucie Castets, ha criticado que "esta noche ha sido humillada la democracia".
"Se nos prometió un gobierno de concordia y tenemos un gobierno de derecha dura", ha argumentado en X.
El líder de La Francia Insumisa, principal partido del Nuevo Frente Popular, Jean-Luc Mélenchon, ha abogado por "deshacerse del gobierno lo antes posible".
"No tiene legitimidad ni futuro", ha remachado.
Este mismo sábado unas 3.200 personas se han manifestado contra el nombramiento de Barnier como primer ministro después de la victoria del Nuevo Frente Popular en los últimos comicios legislativos, aunque sin mayoría absoluta.
Piden la destitución de Macron
La destitución del presidente, Emmanuel Macron, ha sido la principal reivindicación en la manifestación celebrada este sábado en París tras la convocatoria de organizaciones y partidos de izquierdas para protestar por la formación del nuevo Gobierno.
“Macron, destitución” ha sido el lema que más se podía ver en las pancartas y en los lemas que gritaban los miles de manifestantes que han desfilado entre la plaza de la Bastilla y la de la Nación, organizada por asociaciones estudiantiles y feministas.
También se podían observar algunas de las reivindicaciones de la izquierda en la campaña de las elecciones legislativas anticipadas del 30 de junio y el 7 de julio, como la subida del salario mínimo a 1.600 euros netos mensuales (ahora es de 1.400) o la derogación de la reforma de las pensiones y la rebaja de la edad de jubilación a 60 años.
Desde un camión carroza con megafonía para calentar el ambiente, los animadores insistían en los mensajes contra Macron y contra el nuevo Ejecutivo del primer ministro, el conservador Michel Barnier.
En particular, contra dos nombres de ministros de Los Republicanos (LR, el partido de la derecha convencional), conocidos por ser dos personalidades de la derecha dura.
Se trata del senador Bruno Retailleau, que según las filtraciones a la prensa sería el nuevo titular de Interior, y que propugna una reducción drástica de la inmigración legal e ilegal; y de Laurence Garnier, opuesta al matrimonio homosexual, y a quien se situaba al frente de la cartera de Familia.
Entre los partidos políticos, el más visible con diferencia en la marcha ha sido La Francia Insumisa (LFI), con la presencia, entre otros líderes, de la presidenta del grupo en la Asamblea Nacional, Mathilde Panot, mientras que su líder, Jean-Luc Mélenchon, se encontraba por su parte en Marsella.
La ausencia evidente era la del Partido Socialista (PS), que aunque mantiene una posición común contra la formación del nuevo Gobierno que ha diseñado Macron con la coalición del Nuevo Frente Popular (NFP), pero no comparte algunas formas de protesta de LFI.
En total este sábado se han organizado medio centenar de concentraciones en Francia contra el nombramiento de Barnier y por la formación de un Gobierno de derechas.
El procedimiento de destitución contra Macron lo ha lanzado LFI y este martes pasó el primer filtro en la mesa de la Asamblea Nacional esta semana, gracias entre otros del PS pero no tiene ningún viso de poder prosperar.
En primer lugar porque los propios socialistas ya han avisado que no la votarán porque consideran que es un instrumento concebido para casos de alta traición que no se corresponden con las situación actual.
Pero sobre todo porque para salir adelante necesitaría reunir el favor de dos tercios de los parlamentarios, lo que exigiría que se uniera la Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen, que ya ha avanzado que no se prestará a “una maniobra” de distracción de “la extrema izquierda”.
LFI lo justifica como “una respuesta política” al hecho de que Macron no eligiera a la candidata de la izquierda para primera ministro, Lucie Castets, y se decantara por el conservador Michel Barnier.
¿Quién es quién en el nuevo gobierno francés?
Una de las piezas clave del nuevo Ejecutivo que simboliza ese giro ideológico a la derecha es el ministro del Interior, Bruno Retailleau, hasta ahora jefe del grupo en el Senado de Los Republicanos (LR, el partido de Barnier), conocido por sus posiciones particularmente duras en el terreno de la inmigración.
Entre los nombres que desgranó al comunicar la lista el secretario general de El Elíseo, Alexis Kohler, hay también una única figura procedente de la izquierda, el que durante casi 22 años fue diputado socialista, Didier Migaud, designado para la cartera de Justicia.
Migaud era hasta ahora el responsable de la Alta Autoridad para la Transparencia de la Política, un organismo encargado de velar por la probidad de las personas que ocupan cargos públicos y desde el punto de vista jerárquico estará justo por debajo de Barnier en el gabinete.
En los dos ministerios con competencias de soberanía y en los que Macron en tanto jefe del Estado seguirá teniendo mucho qué decir, hay dos hombres conocidos por su proximidad con él.
En Defensa repite Sébastien Lécornu, mientras que en Asuntos Exteriores estará a la riendas Jean-Noël Barrot, lo que supone un ascenso para este hombre salido de una familia de políticos que en el Gobierno saliente se ocupaba de Asuntos Europeos.
Hay también varios nombres más que repiten en el nuevo Gobierno, como la titular de Cultura, Rachida Dati; Catherine Vautrin, que pasa de Trabajo a la cartera de Relaciones con los Territorios y de la Descentralización; o Agnès Pannier Runacher, que asciende a ministra de la Transición Ecológica.
Igualmente Geneviève Darrieussecq, que era en el Ejecutivo saliente ministra delegada para los Antiguos Combatientes, dependiente de Defensa, y que ahora pasa a ser la responsable de Sanidad.
El responsable de la cartera de Economía, Finanzas e Industria será un joven macronista de 33 años que era hasta ahora diputado, Antoine Armand.
No menos relevante en un momento crítico para las finanzas públicas francesas y a sólo unos pocos días de que se tengan que presentar los presupuestos para 2025 va a ser la figura del nuevo ministro de Hacienda, Laurent Saint Martin, que en su caso estará orgánicamente vinculado al gabinete del primer ministro, lo que dice mucho de la voluntad de Barnier de supervisar su trabajo de cerca.
Laurence Garnier, que al aparecer en una lista que corrió a partir del jueves como nueva ministra de Familia generó una importante polémica por sus posiciones pasadas en contra del matrimonio homosexual y en contra de la constitucionalización del aborto, finalmente entra en el Gobierno pero en un puesto relativamente menor, como secretaria de Estado de Consumo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario