BAGDAD.- Combatientes de la milicia Estado Islámico tomaron el domingo el control de la mayor presa de Iraq,
un yacimiento de crudo y tres ciudades tras infringir la mayor derrota a
las fuerzas kurdas desde que comenzaron a operar en la región en junio.
La captura de la presa de Mosul después de una ofensiva de apenas 24
horas podría dar a los milicianos suníes la capacidad de inundar
grandes ciudades del país, en el marco de su campaña para derrocar al
gobierno chiita del primer ministro Nuri al Maliki.
Estado Islámico, que considera que la mayoría chiita de Iraq son
apóstatas que merecen la muerte, también tomó el yacimiento de Ain
Zalah, que se suma a otros cuatro que ya están bajo su control, y tres
ciudades.
Los insurgentes se encontraron con una fuerte resistencia kurda solo
en el inicio de su última ofensiva, cuando tomaron la ciudad de Zumar.
Entonces los islamistas levantaron allí sus banderas negras, un ritual
que habitualmente precede a ejecuciones en masa de los oponentes
capturados y la imposición de una ideo que incluso Al Qaeda considera
excesiva.
El grupo, que ha declarado un califato en partes de Iraq y Siria,
supone el mayor desafío a la estabilidad de Iraq -país miembro de la
OPEP- desde la caída de Saddam Hussein en 2003.
Desde que miles de soldados iraquíes huyeran ante la ofensiva de
Estado Islámico, las milicias chiitas y los combatientes kurdos se han
convertido en una importante línea de defensa contras los insurgentes,
que han amenazado con marchar hacia Bagdad.
Pero los combates de hoy domingo han puesto en duda la efectividad de
los combatientes kurdos y han aumentado la presión sobre los líderes
iraquíes para que formen un gobierno de alianza capaz de frenar a Estado
Islámico.
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